Floresta es una invitación a mirar las variedades tradicionales desde una nueva perspectiva. Con un trabajo enológico que rescata prácticas ancestrales y respeta profundamente la identidad de cada lugar, esta línea nos transporta a la diversidad y riqueza de los mejores terroirs de Chile.
Sus seis cepas, Cabernet Sauvignon, Carmenère, Cabernet Franc, Chardonnay, Sauvignon Blanc y Field Blend Blanco (ensamblaje de Semillón, Sauvignon Vert, Moscatel, Torontel y Corinto), se expresan con autenticidad, revelando la personalidad única de valles como Maipo, Limarí, Apalta y Leyda.
La filosofía enológica de Floresta es clara: intervenir solo lo esencial. Cada vino busca resaltar la pureza de su entorno y mostrar la interacción entre clima, geografía, suelos y, por supuesto, la pasión de quienes los hacen posibles. El resultado son vinos auténticos, elegantes y profundamente ligados a su origen.
Incluso su etiqueta cuenta una historia: inspirada en una vista aérea del jardín de Doña Paula, dentro de Viña Santa Rita, evoca una “floresta” como arboleda o parque natural. Con boj, árboles centenarios y flores, este diseño simboliza la esencia natural y expresiva de la línea.
Floresta ha sido elegida la mejor línea de vinos de Chile por Alistair Cooper, un reconocimiento que refleja su calidad excepcional y su capacidad para capturar lo mejor de cada terroir.
Como señala Teresita Ovalle, su enóloga: “Floresta nace del sueño de reflejar, con honestidad y profundidad, el carácter de cada terroir a través de la variedad que mejor se adapta a él. Cada vino de esta línea transmite la identidad de un lugar, con su clima, su geografía, sus suelos y su gente, revelando lo mejor de su origen.
Así, buscamos que cada vino se exprese con autenticidad y pureza. Hoy el mundo valora justamente eso: conservar, respetar y mostrar la riqueza única de cada lugar.”
Floresta es mucho más que vino: es un recorrido sensorial por Chile, donde cada botella refleja la armonía entre tradición, naturaleza y carácter.